La tarde del domingo 4 de marzo ha sido la elegida por la Federación Internacional (IAAF) para hacer entrega de una medalla con doce años de retraso. La rusa Tatiana Kotova (7,00) saltó mas que ninguna de sus rivales Tianna Bartoletta (6,80) y Naide Gomes (6,76) en el Campeonato del Mundo disputado en Moscú en 2006, entonces una Concha Montaner bañada en lagrimas -tras igualar los 6,76 de la portuguesa y ser cuarta por el desempate del segundo mejor salto- tuvo que ver como el podio pasaba frente a ella sin poder subirse. Tras el positivo de la rusa unos años más tarde la IAAF la desposeyó de aquel metal y la valenciana pasó a ser tercera. Era medallista sin medalla. Pero eso ha dejado de ser así desde las 14.30h -hora británica- de un día que ya es historia de nuestro atletismo.
Aprovechando la disputa del Campeonato del Mundo de Birmingham 2018 la IAAF decidió tener el detalle con las atletas que en su momento no pudieron subir a los escalones de un podio que merecían. Concha ha ocupado el tercer peldaño y ha recibido su bronce. Nadie podrá hacer la justicia suficiente ni para ella misma ni para su entrenador aquel momento José Peiró. La atleta de L’Eliana se ha mostrado “feliz y emocionada al poder subir al podio” y ha confesado que “la primera que quiere morder esta medalla es mi hija Alba”, una niña que en aquel lejano 2006 aún no había nacido pero que ahora mismo ha disfrutado como la que más viendo a su madre como protagonista de este reconocimiento tan merecido.
Por: Carlos Domingo